Descubre cómo este fenómeno global está revolucionando el valor de los bienes raíces industriales en México.

Si eres de los que pensaba que el sector residencial era el rey indiscutible de las inversiones inmobiliarias, te tengo noticias: el panorama ha dado un giro de 180 grados. Hoy, los reflectores apuntan a un nuevo protagonista: el sector industrial, impulsado por un fenómeno que está en boca de todos: el nearshoring. Ya no solo las grandes manufactureras lo buscan; los inversionistas ávidos de rentas pasivas constantes, diversificación inteligente y una plusvalía que no deja de crecer también están poniendo sus ojos aquí.

Pero, ¿qué es exactamente el nearshoring y por qué tanto alboroto?

Seguro ya has oído hablar del nearshoring. En pocas palabras, es la movida inteligente de las empresas de traer sus fábricas y operaciones más cerca de donde venden sus productos (hola, Estados Unidos). Y México, con su ubicación privilegiada, acuerdos comerciales bajo el brazo, costos que hacen sonreír y un talento que no deja de sorprender, se ha convertido en el destino estrella.

Pero aquí viene lo bueno: esta llegada masiva de empresas está desatando una verdadera fiebre por naves industriales, parques logísticos y bodegas. ¡Una demanda que no habíamos visto en años!

¿Y cómo se traduce esto en el mercado inmobiliario?

Es simple: la cantidad de empresas buscando espacio industrial ha rebasado por mucho lo que hay disponible en varias ciudades clave. Imagina esto: en polos como Monterrey, Querétaro, Saltillo, Tijuana y Ciudad Juárez, ¡más del 95% de los espacios están ocupados! ¿Qué implica esto para quien invierte? Piensa en:

  • Contratos de alquiler más jugosos y a largo plazo (de 5 a 10 años).
  • Rentas por metro cuadrado que no paran de subir.
  • Inquilinos que se quedan por más tiempo, dándote estabilidad.
  • Propiedades industriales que valen más cada día que pasa.

¿Por qué el ladrillo industrial está tentando a tantos inversionistas?

Si vienes del mundo residencial o comercial, quizás el sector industrial te suene un poco técnico o lejano. ¡Pero créeme, tiene un atractivo especial! Aquí te va por qué brilla tanto:

  • Rentas estables como roca: Los inquilinos suelen ser empresas grandes y serias, con contratos a largo plazo. Olvídate de la incertidumbre mensual.
  • Plusvalía que enamora: Con tanta demanda y tan poco inventario disponible, el valor de estas propiedades tiende a subir como la espuma.
  • Menos dolores de cabeza por mantenimiento: Generalmente, es el inquilino quien se encarga de los servicios y la operación diaria. ¡Tú te relajas!
  • Tranquilidad legal: Los contratos suelen ser más sólidos y profesionales. Menos sorpresas, más seguridad para tu inversión.
  • Liquidez a futuro: Si decides vender, siempre habrá fondos, desarrolladores o instituciones interesados. Estos espacios son muy cotizados.

¿Quiénes son los visionarios que ya están surfeando esta ola?

Desde personas con capital buscando ingresos pasivos más seguros, hasta familias empresarias que quieren diversificar y no poner todos los huevos en la canasta residencial. También están los fondos privados e institucionales, con la mira puesta en esa jugosa plusvalía y retornos medibles a mediano y largo plazo (5-10 años).

Sus estrategias de entrada son variadas:

  • Comprando propiedades industriales que ya están alquiladas (lo que se conoce como sale & leaseback).
  • Invirtiendo a través de fideicomisos especializados en el sector industrial.
  • Asociándose con desarrolladores en zonas estratégicas (joint ventures).
  • Adquiriendo espacios en parques logísticos con gran potencial de crecimiento.

Y, ¿dónde están las carnitas? ¿Las oportunidades más calientes?

Si te preguntas dónde poner el ojo, hoy por hoy, Monterrey es un verdadero imán de oportunidades. La demanda allí está que arde, impulsada por gigantes de la industria automotriz, de electrodomésticos, aeroespacial y logística. Súmale su envidiable cercanía con Estados Unidos, una infraestructura de primera y un capital humano de alto nivel, y entenderás por qué las empresas internacionales hacen fila.

En áreas como Apodaca, Santa Catarina, Escobedo y García, el valor del metro cuadrado industrial está subiendo como la espuma, y las naves de primera categoría (“clase A”) se ocupan en un abrir y cerrar de ojos.

Mira, el nearshoring no es una simple tendencia pasajera. Es un cambio profundo en cómo funciona el ajedrez de la producción global. Y tú, como inversionista astuto, tienes la oportunidad de jugar en el equipo ganador. Hablamos de:

✔️ Ingresos constantes y predecibles.

✔️ Una cartera de inversión más diversa y fuerte.

✔️ Una plusvalía que se sostiene en el tiempo.

✔️ Retornos que puedes ver, medir y disfrutar.

¿Suena bien, verdad?

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